Oasis, eso es lo que espero mientras busco a través de mis sueños. Es un impulso que deseo que sea haga realidad.
A lo lejos, mientras la arena del desierto es el paisaje que cubre mis pensamientos, te veo aparecer con tu gandora azul. Mi tuareg viene a mi encuentro. Estaba esperando a ese bereber que va a saciar mi sed de placer.
Entra en mi tienda, yo desnuda observo cómo su piel es tupida. Se acerca y se despoja de sus prendas livianas. Me asombro de lo que oculta y me dejo mecer por las ondas del desierto.
Me tumbo y dejo que ese príncipe árabe me cubra con sus enormes manos, recias, firmes.
Recorre cada centímetro de mi cuerpo, su enorme lengua enjuaga mi sequía.
Ahora me humedezco sabiendo que su saliva penetra mi cúpula vacía. Siento estremecer mi cántaro con tus movimientos sensuales. Agarro tu cuerpo para que se adhiera al mío a pesar del calor. Noto como llega hasta las profundidades de mi oculto páramo, tu lengua está en mi garganta y seduces lo que me sacia la sed.
Estamos ardiendo y el fuego comienza su labor. Entra sin cavilar, poséeme y deja ese surco en mis entrañas, mi tuareg.
Anna Colled