Pañuelos: Mujeres Desnudas | Redbubble

Así seguían los días y los meses, sin descanso cada noche, sin desistir de aquella rutina fotográfica que más de una vez le visitó a Natalia algún que otro virus, por permanecer desnuda en pleno invierno e intentado hacer escenas sensuales ya de manera profesional. Cuando terminadas aquellas sesiones se metían en harina, los impropios catarros y leves estornudos surgían de su interior, dejando a un lado la pasión y el fuego. El vicio lo había tomado prestado Adrián que lejos de evitar que su mujer se colapsara por el infortunio de una gripe invernal, la rociaba de friegas por todo el cuerpo creyendo así evitar que atrapara una neumonía. Pero en ningún momento dejaba que su cuerpo de madreperla lo cubriera con alguna manta, si no todo lo contrario, la vestía con telas de seda y gasa, para resaltar más su delicada figura. Hasta que ya las fiebres atraparon a la pobre mujer, que inevitablemente la dejaron inservible para los cometidos de su marido. Acudiendo a urgencias por una terrible bronquitis aguda que la dejaron por una temporada fuera de juego. Adrián invencible en su empeño por seguir avivando esa llama que por culpa de los fríos habían dejado a su mujer postrada en la cama, se introducía en ella desnudo para que su calor reanimara la mecha. Pero ella no estaba por la labor de satisfacer esas necesidades por el momento. – ¿Qué te pasa cariño? ¿No quieres calor humano?, esto hará que te recuperes enseguida y volvamos de nuevo a ser uno.

  • Lo que quiero es ser yo misma y ponerme en condiciones para volver a mi vida normal, no entiendo, estás completamente viciado ya no me respetas ni enferma.
  • Qué quieres, la culpa es tuya y de Roberto.
  • ¡Ricardo!, se llama Ricardo. Y por favor, déjame que me recupere.
  • Está preocupado también él, me dice por correo que ya no le escribes. Ya le he dicho que estás acatarrada y que en un par de días, volveremos a la acción.

Natalia no respondió, solo se dedicó a mirar a su marido con cara de preocupación, ¿en que se había transformado? En una especie de depravado sexual, que le importaba un pimiento mantener relaciones sexuales, a pesar de que el moquillo y la tos se posaran en su ser.

Pero éste no se movía de la cama, le gustaba rozar su piel desnuda en las piernas suaves y tersas de su esposa. Una noche mientras Natalia dormía profundamente gracias a la amoxicilina, Adrián tuvo la gran idea de introducirle su miembro entre sus piernas. El guantazo fue espontaneo, creyendo éste perder un molar por el impacto. – ¿Pero qué haces? ¿Estás loca?, casi me partes una muela.